El Colectivo Lebu-Colliguay emprendió un nuevo proyecto para continuar aportando trozos al rompecabezas de la memoria histórica popular. En esta oportunidad están dedicados a recopilar antecedentes y testimonios relacionados con la Base Aeronaval El Belloto, otro centro de detención y tortura de la Armada de Chile en la V Región.
Dentro del material que han ido sistematizando, con la idea de realizar posteriormente un libro, está el relacionado con Juan Andrés Blanco Castillo, un muchacho dominicano que estuvo prisionero en la Base Aeronaval del Belloto y, hasta el día de hoy, sigue siendo un detenido desaparecido.
Para la época del golpe de Estado de 1973 Juan Blanco tenía 25 años y estaba en Chile con la idea de poner todas sus energías y su profesión al servicio del proceso popular que llevaba adelante el gobierno de la Unidad Popular, encabezado por el presidente Salvador Allende. Juan Andrés Blanco Castillo fue detenido los primeros días después del golpe, torturado salvajemente, especialmente en el Cuartel de Investigaciones de la ciudad de Quilpué, lugar donde incluso le colocaron papeles de diario en su abdomen y pecho, los que fueron encendidos provocándole graves quemaduras y heridas que se infectaron.
Testimonios de sobrevivientes que compartieron prisión política con él en la Base Aeronaval y que, además, fueron testigos en la causa judicial para perseguir y condenar a los responsables de las atrocidades cometidas en contra de este ciudadano de República Dominicana, certifican estos hechos expuestos anteriormente en esta nota.
Alfonso Godoy relata en su testimonio: “Me recuerdo también del caso de un compañero dominicano, de apellido Blanco, que los marinos de aquí dijeron que nunca había estado preso, detenido. Yo declaré como testigo en el caso de ese compañero, tuve que ir a declarar a Limache y después a Valparaíso que efectivamente estuvo preso en la Base cuando estaba yo y conté todo lo que había visto. Fue masacrado ese compañero, fue horrible. En el hoyo no estábamos con la vista tapada, nos tapaban cuando nos llevaban a los interrogatorios, te sacaban del hoyo y te llevaban a una sala con la cabeza tapada, encapuchado. Y este cabro, Blanco, estaba detenido ahí cuando llegué a la Base, era de piel negra, estaba ahí en el hoyo, estaba un poco aparte, masacrado, hecho tiras. Pasaban los marinos y le pegaban una patada y él les contestaba con poesías de Neruda, y más le pegaban. Tenía algo raro aquí en el abdomen, en la guata. El hecho es que le habían enrollado diarios alrededor del cuerpo, en esa parte, porque le prendieron fuego, entonces estaba quemado entero en esa parte y las llagas le supuraban. Yo vi eso, porque estábamos ahí. Estaba con trapos en la guata, pero los trapos se le mojaban, porque le supuraban las heridas, Y ahí los que estaban presos antes me dijeron que lo habían quemado. Cuando me sacaron a mí de la Base, él se quedó allí preso.
Por otro lado, José Philipi, quien también compartió prisión política en el Belloto con Juan Blanco, relata lo siguiente: “Me recuerdo que quien estuvo detenido ahí en la Base, cuando estaba yo detenido, que fue un caso bastante nombrado, fue Juan Blanco, dominicano, que tengo entendido que su papá era un diplomático, ese muchacho pasó por ahí, muy a mal traer, lo habían golpeado tanto que ya tenía una herida infectada. Era de piel negra y hablaba con un acento centroamericano. Como les digo, estaba muy a mal traer y dormía casi apegado junto a nosotros en el hoyo, mi compañero de la empresa y yo. Entonces, lo vi muy de cerca. Es más, cuando ya pasaron los años, se abrió una causa respecto a este joven, se nombró un Ministro en Visita acá en Limache (…) fui a Limache y me entrevistó el Ministro en Visita y hace dos años atrás leí que todos los que estaban involucrados de acá de la Base, los mandos superiores que estaban comprometidos, fueron condenados”.
El año 2015, compañeras y compañeros de la Comisión de Derechos Humanos de Quilpué realizaron un monolito, un memorial, para recordar a los compañeros asesinados y detenidos desaparecidos que estuvieron prisioneros en la Base Aeronaval El Belloto, donde está inscrito el nombre de Juan Blanco. Marta Ibáñez, integrante de la Comisión de Derechos Humanos de Quilpué que participó en esta iniciativa, en relación con el compañero dominicano planteó: “a Juan Blanco sí lo mataron acá. Se supone que la PDI (Policía de Investigaciones) es la que tendría que dar cuenta de eso, porque fue trasladado de aquí desde la Base a la PDI de Quilpué, en la PDI a Juan lo quemaron con papeles en su abdomen y en su pecho, lo torturaron hasta más no poder, porque por su acento pensaban que era cubano y cuando estaba muy mal lo llevaron a la Comisaría de Quilpué, que en esa época quedaba en el centro, y el carabinero que estaba a cargo de la comisaría no se los recibió, porque iba en muy mal estado. Entonces, desde ahí, se supone que los de la PDI lo trasladaron acá a la Base del Belloto y ahí se pierde su rastro.”
En la sección Prensa y Comunicaciones del sitio web del Poder Judicial, con fecha 28 octubre del 2022, se publica lo siguiente en relación con el caso de Juan Andrés Blanco Castillo:
“El ministro en visita extraordinaria para causas por violaciones de los derechos humanos de la Corte de Apelaciones de Valparaíso, Max Cancino Cancino, condenó a siete miembros en retiro de la Armada, por su responsabilidad en el delito de secuestro con grave daño o secuestro calificado del ciudadano dominicano Juan Andrés Blanco Castillo. Ilícito perpetrado a partir de septiembre de 1973, en la ciudad de Villa Alemana (…)
Luego que Juan Andrés Blanco Castillo permaneciera encerrado en la Base Aeronaval El Belloto, funcionarios del Servicio de Inteligencia Naval Ancla 2, en una fecha no precisada del mes de octubre de 1973, trasladaron a la víctima y lo mantuvieron privado de libertad en los calabozos del Cuartel de la Policía de Investigaciones de Quilpué. En una dependencia de este recinto, los funcionarios del grupo de inteligencia lo interrogaron y torturaron gravemente, utilizando entre otras técnicas la aplicación de papel de diario encendido para quemarlo en el abdomen.
En un día no precisado del mes de octubre de 1973, Juan Andrés Blanco Castillo fue retirado desde el Cuartel de la Policía de Investigaciones de Quilpué por el grupo de inteligencia antes mencionado, siendo trasladado hasta la Subcomisaría de Carabineros de Quilpué, encontrándose la víctima gravemente lesionada a consecuencia de las quemaduras ocasionadas en su cuerpo. Debido al reclamo que el Jefe de esa Subcomisaría expresara al mando de la Comandancia Naval por el estado de salud de la víctima, esta fue retirada desde ese lugar por funcionarios del grupo de inteligencia, con dirección desconocida y sin que se tengan noticias de su paradero hasta la fecha”.
Pero en este proceso de investigación han aparecido otras interesantes informaciones que dan cuenta como la memoria popular se mantiene viva más, allá de los intentos que existan por tratar de mantenerla relegada a un segundo plano. Es así como los integrantes del Colectivo Lebu Colliguay conocieron la existencia de una obra de teatro, denominada “La Madre de los Caídos”, del director teatral dominicano Elvis Polanco Pacheco, actualmente residente en Chile, que con motivo de la conmemoración delos 50 años del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 desarrolló un trabajo de investigación sobre personas latinoamericanas o de otras partes del mundo desaparecidas durante el golpe civil militar en Chile, encontrándose con el caso de su compatriota Juan Blanco, que incluyó en esta obra de teatro, obra donde, además, rinde un homenaje a todas las detenidas y detenidos desaparecidos. Esta creación teatral ha sido exhibida en República Dominicana y en nuestro país.
Otro hallazgo muy emotivo fue un pequeño video en la plataforma de Youtube que, como expresa el autor de este audiovisual y compañero de colegio Pedro Samuel Rodríguez en la presentación: “rinde tributo de recordación a la memoria de nuestro entrañable amigo Juan Andrés Blanco Castillo, quien por varios años y hasta 1968 fue uno de nuestros compañeros en el Colegio Adventista Dominicano, plantel educativo de formación cristiana que estuvo ubicado en la entonces comunidad rural de Herrera, al oeste de Santo Domingo (Voz de Andrés Blanco, en una pequeña despedida a los graduandos del colegio. 13 de junio de1968) Cinco años después de esa despedida, el amigo Blanco desaparece para siempre en Chile, el 14 de octubre de 1973”.
En este video se relata la sensibilidad de Juan Blanco y su pasión por la poesía, pero lo más impresionante de esta pieza audiovisual es poder escuchar, en una grabación magnetofónica, la voz de Juan Andrés Castillo Blanco, dirigiéndose a su compañero Samuel Rodríguez: “tengo el privilegio de dirigirle unas cuantas palabras para que siempre que esta cinta la ponga sobre su grabadora se acuerde del joven Juan Andrés Blanco Castillo. Para mí es un gran privilegio presentar y decirle al conspicuo Samuel Rodríguez el sincero aprecio que tengo hacia él, para que siempre se acuerde de mí.” Para recitar más adelante Juan Andrés Blanco, en esta misma grabación, el poema de Gustavo Adolfo Becker “Volverán las Oscuras Golondrinas”. También se escucha la voz del joven Juan Andrés Blanco presentando e interpretando a sus compañeros una canción de creación colectiva denominada “Los amigos fieles”, utilizando la música de la canción Guantanamera. Juan Blanco recita, asimismo, un poema de su propia autoría
Esta pequeña grabación magnetofónica, efectuada el 13 de junio del año 1968 en República Dominicana, trae a nuestros oídos, de manera potente, viva y emotiva, la voz de un detenido desaparecido, la voz de Juan Andrés Blanco Castillo, que, como aparece relatado en un testimonio consignado en esta misma crónica por uno de sus compañeros de prisión, refiriéndose a Juan Blanco: “Pasaban los marinos y le pegaban una patada y él les contestaba con poesías de Neruda.”
Comparto a continuación el vínculo o link donde pueden escuchar esta grabación
https://www.youtube.com/watch?v=t1YO-_9mYVY
Guillermo Correa Camiroaga 07 julio 2025
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