A UN AÑO DE SU PARTIDA
El tiempo, el implacable, ya corrió trescientos sesenta y cinco días en una carrera como de pesca de arrastre. En su sociedad con la parca deben presumir ambos de su triunfo, que matemáticamente hablando es cien por ciento seguro, mas, las certezas dejan resquicios; la memoria, la lucha contra el olvido. Martín Almada, Domitila Cuadra, Sergio Bravo Ramos, Eduardo Nelson Cabrera Vásquez, todos fallecidos en este lapso, no son solamente nombres; son obra, ejemplos, huella.
Un año ha transcurrido desde la partida de Nelson Cabrera, un año en que su nombre ha estado impensadamente presente, a través de múltiples homenajes, merecidos homenajes que, conociendo lo que fue su visión de mundo y su práctica de hacedor de proyectos en humildad, evitando cualquier atisbo de personal visibilidad, él hubiera esquivado con sutil diplomacia.
A veces, en Pudeto con Salvador Donoso, pareciera que se le ve venir del Mercado El Cardonal con las bolsas repletas de verduras, mas, es mero espejismo de la memoria, escena que de tanto repetirse pareciera haber quedado registrada en aquella esquina. Los puesteros del cual era casero recordarán de vez en cuando sus punzantes comentarios acerca de la realidad política nacional, y el taxista “republicano” afecto al orden quizás estará echando de menos el chiste de aquel canoso pasajero que lo emplazaba con sutil ironía.
El Neco, porteño de toda una vida, fue protagonista en la lucha contra la dictadura, fue protagonista del renacer cultural de la ciudad, fue protagonista de las luchas por la Memoria, por la verdad y la justicia. Fue el primero en osar denunciar al Estado por las torturas infringidas a su persona en recintos de detención de la Armada en dictadura, una batalla legal en la que triunfó, pero que aún no acaba por las dilaciones de los trámites en los tribunales.
Cine Fórum fue su creación y su casa, desde donde su mente creativa hizo surgir innumerables proyectos. Allí, a instancias suyas, nacieron las innumerables funas a la estatua del que él llamaba sarcásticamente “el Care’ hueso”; de allí nació el impulso para que el tristemente célebre Cuartel Silva Palma fuese declarado Monumento Nacional; de allí surgieron los festivales de cine de derechos humanos y el de los pueblos originarios; desde allí fructificaron cortometrajes como “El Circo” y “Ahuyentando el temporal”, y así, tantas y tantas iniciativas.
Cine Fórum fue su casa y también una familia, extendida de la suya propia. María Elisa, Andrea, Karuna, Juan, Pedro, Rodrigo, Daniel, Elly, Chandra, Carolina y Nelson.
Valparaíso Mi Amor, restorán familiar, fue un lugar de encuentro; para el cine, los libros, el canto, la poesía y el debate político, tertulias y conversaciones acompañadas, obviamente, siempre por vino.
Un año, trescientos sesenta y cinco días Neco, y ahí estamos, andando, andando, contigo en la memoria.
A Neco
Inocente escena la de tus nietos que
juegan con tierra.
La garúa – sutil velo – humedece recuerdos
que levantan polvo:
Una cola de lagartija en el campo, que salta y
salta en el vano intento de cubrirla
con tierra, o el viento
el viento. Remolinos en los
sitios baldíos de la pobla como un simún.
Imágenes que regresan confundidas
junto a historias de un
pasado que duele.
Ellos: alguaciles de la mentira, de
echarle tierra al crimen, de
echarle tierra a la vergüenza, de
echarle tierra al horror,
en un guion, compañero, que acá
no acaba. Pues lo saben, nosotros también, que
pese a la tierra que arroja el panteonero o la
que en un juego lanzan los niños
Eres luz que no se empoza y la Memoria
una cola de lagartija
que salta y salta.
Nelson Paredes